lunes, 11 de julio de 2011

Documentos reflexivos sobre el termino PERSONA.-


  1. Algunas informaciones sobre el termino persona
Persona física (o persona natural) es un concepto jurídico, cuya elaboración fundamental correspondió a los juristas romanos. Cada ordenamiento jurídico tiene su propia definición de persona, aunque en todos los casos es muy similar. En términos generales, es todo miembro de la especie humana susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones. En algunos casos se puede hacer referencia a estas como personas de existencia visible, de existencia real, física o natural.

Su origen etimológico viene de persona-ae, que era aquella máscara (per sonare, es decir, para hacerse oír) que llevaban los actores en la Antigüedad y que ocultaba su rostro al tiempo que hacía sonar su voz. Esto es, una ficción que se sobrepone al ser que la porta. Ello es así porque no todos los seres humanos -especialmente en otros tiempos- podían ser considerados personas.

Hoy, las personas físicas tienen, por el solo hecho de existir, atributos dados por el Derecho. La personalidad abre la puerta de la titularidad de derechos, de modo que sólo siendo considerado tal se podía contratar o contraer matrimonio, por poner un par de ejemplos.
  1. Seres únicos
Aunque todos sabemos que somos personas, pocos pueden definir el alcance de esa palabra: PERSONA ¿Qué significa ser personas y vivir junto a otras personas? ¿Qué tienen que ver la ética y la democracia con el concepto de persona?

ser humano

ser único
La palabra persona está ligada a varios conceptos
ser racional

ser libre

ser con dignidad

ser vivo
Las personas somos racionales, es decir, no nos dejamos llevar solo por los instintos a diferencia de otros seres vivos, sino que nos preguntamos sobre lo que queremos hacer y lo podemos explicar. Somos capaces de aprender y resolver problemas (inteligencia), de optar y responsabilizarnos de lo que hacemos (libertad), de creer (fe), de sentir afecto (sentimientos) y comunicarnos (sociabilidad), de imaginar y amar (trascendencia).

Cada uno de nosotros posee estas cualidades que nos caracterizan como personas, pero ninguno de nosotros es exactamente igual a otros: somos únicos e irrepetibles.

Tenemos la capacidad de cambiar a cada instante, de esforzarnos, de dar y recibir y ser mejores. Por eso no podemos determinar a las personas, "encuadrarlas", "enfrascarlas", "rotularlas" por pertenecer a una raza, estado, sexo o sociedad.

No estamos solos

Se nos ha definido, como "seres con los demás en el mundo". Ya los elementos más antiguos que se encontraron, asociados a la vida del ser humano, nos dan cuenta de que las primeras personas se relacionaban entre sí para defenderse de los animales o superar las dificultades que encontraban en la naturaleza. De hecho, desarrollaron maneras de comunicarse cada vez más complejas y formas de organización basadas en el apoyo mutuo para el logro de intereses comunes.

Vivir en grupo, relacionarnos con los demás, compartir y convivir es una tendencia natural en las personas y es el fundamento de las sociedades.

El desafío

Llegar a vivir en sociedades donde todos seamos respetados como personas, sin discriminaciones de ningún tipo, donde podamos desarrollarnos libremente con nuestra propia forma de pensar y expresar nuestras creencias, es el fundamento de la democracia. La cual es mucho más que un sistema político donde la mayoría ejerce el poder a través de sus representantes, pues se trata de un estilo de vida en el que las personas son valoradas en su dignidad sin excepciones ni privilegios.

Para llegar a este ideal de vida necesitamos poder analizar las situaciones que se nos presentan día a día y optar en base a criterios y valores compartidos, asumiendo con responsabilidad la convivencia con otras personas. Para esto nos ayudan la formación ética y ciudadana.

  1. La persona Humana
"Lo que constituye al ser humano principalmente el alma, forma sustancial de su naturaleza. De ella dimana en último lugar toda la vida humana; en ella radican todos los dinamismos psíquicos con su propia estructura y su ley orgánica; a ella es a quien la naturaleza encarga el gobierno de todas las energías, hasta tanto que éstas no hayan adquirido aún su última determinación".

Para poder hablar de los principios del estado, se (tiene que) debe empezar por su elemento más esencial, el elemento que es anterior al estado: la población; más concretamente la persona humana. El ser humano como  bien lo dijo Aristóteles, es un ser social por naturaleza; es decir, necesita vivir en sociedad para así poder satisfacer sus necesidades. "El ser humano es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás. El ser humano, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás. Pero, ¿qué es el ser humano? Muchas son las opiniones que el ser humano se ha dado o se da sobre sí mismo, diversas e incluso contradictorias. Exaltándose a sí mismo como regla absoluta o hundiéndose hasta la desesperación"

No se puede hablar de un estado ni de su personalidad, si antes no se conoce a fondo cuál es su origen o quiénes lo componen. La persona humana es, en realidad, un ente de estructura compleja en donde se tiene que analizar con detenimiento cada uno de sus elementos para poder comprender la trascendencia de su existencia y de su fin. Los elementos de la persona humana, son los que le dan vida y forma al estado; de cada una de las propiedades del ser humano emanan las garantías individuales que el estado debe de (procurar) aceptar y proteger. No se puede hablar de un verdadero estado si no hay justicia en donde se tengan protegidas, por el ordenamiento jurídico, la libertad, la igualdad y la dignidad de la persona. El estado, pues, debe de estar formado conforme a estos principios elementales que son inherentes a la persona y por lo tanto necesitan estar regulados y protegidos por el mismo, adquiriendo, de esta manera, su personalidad como tal.

"Establecidos sobre esta misma base, la persona, el estado, el poder público, con sus respectivos derechos, están tan íntimamente unidos y vinculados entre sí, que o se conservan o se arruinan al mismo tiempo".

DEFINICIÓN DE PERSONA HUMANA

"Rationalis naturae individua substancia"
La más célebre definición de la persona es la formulada por Boecio: "Sustancia individual de naturaleza racional". Todos los conceptos integrados en esta fórmula son de origen aristotélico. Por sustancia individual se entiende aquí lo que Aristóteles llama la sustancia primera: una realidad indivisa en sí misma y separada, en cambio, de las demás realidades. Pero, por ser sustancia, su individualidad es, digámoslo así, más radical que la del accidente, dado que éste no se individua por sí mismo, sino por la sustancia. Ahora bien, la persona está clausurada, cerrada en su propio ser, no en virtud de su naturaleza racional, sino por ser un individuo subsistente.

a) Tiene cuerpo y alma.

"En la unidad de cuerpo y alma, el ser humano, por su misma condición corporal, es una síntesis del universo material, el cual alcanza por medio del ser humano su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador. No debe, por tanto, despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, debe tener por bueno y honrar a su propio cuerpo, como criatura de Dios que ha de resucitar el último día".

La constitución del ser humano se divide en dos: en un cuerpo físico sujeto a las leyes biológicas de todos los seres vivos (nacimiento, nutrición, crecimiento, reproducción y muerte). Y un alma, principio de movimiento de todo ser vivo, qué es diferente al de los demás seres vivos ya que está dotado de inteligencia y voluntad. La inteligencia, es la potencia espiritual del ser humano de conocer la verdad, y la voluntad, la potencia espiritual del ser humano de buscar o tender al bien.

"En virtud de su dignidad, todos los seres humanos, porque son personas, es decir, estén dotados de razón y voluntad libre, y provistos de una responsabilidad personal, están presionados, por su naturaleza misma, y obligados, por obligación moral, a buscar la verdad. Están obligados también a adherirse a la verdad tan pronto como la conocen y a reglamentar toda su vida según las exigencias de esta verdad".
b) Es individual.

Fernando Bastos en su enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia dice al respecto; Persona Humana: del latín persona. Es el individuo de naturaleza racional, portador de potencialidades que se desarrollan a través de la vida, en el seno de la familia y de la comunidad. Como individuo, la persona humana presenta dos características fundamentales:

l) Es distinta de todos los otros miembros de la especie humana, es decir, aunque participe de la misma naturaleza, constituye una totalidad en sí.

2) Es una unidad, que no puede dividirse sin perecer. Se compone de alma y cuerpo, espíritu y materia, que en ella forman una unidad sustancial, cuya ruptura es la muerte.

c) Es social.

El ser humano es un ser consciente, racional y libre, y, por eso mismo, es también un ser social, que sólo en la compañía de sus semejantes encuentra las condiciones necesarias para el desarrollo de su conciencia, racionalidad y libertad, características que lo distinguen de los otros animales. Y precisamente por ser consciente, racional y libre, el ser humano posee derechos inalienables y deberes morales, mientras el animal sólo tiene instintos y hábitos. De ese conjunto de condiciones que caracterizan a la persona humana: ser consciente, racional y libre, y por lo tanto social, sujeto de derechos y deberes, resulta la misma dignidad absoluta y la misma igualdad esencial para todos los hombres, independientemente de su color, situación socioeconómica, religión o cultura. Es una dignidad absoluta porque no depende de ninguna cualificación, sino basándose en el mero hecho de tratarse de una persona humana, dignidad que le confiere un valor inestimable y la coloca como razón de ser de todas las instituciones sociales, políticas y económicas. Y esa dignidad debe ser respetada, ya sea persona rica, ya sea pobre y sin cultura o bien culta, de esta o de aquella raza, de aquel pueblo o de aquel credo religioso. Aun en el caso en que el ser humano se envilezca por el vicio, transformándose en alcohólico, corrupto y criminal, no pierde su dignidad esencial, y a él se debe respeto, lo cual es privilegio de todas las criaturas humanas. El ser humano está compuesto y unido por un cuerpo y un alma (que se compone de inteligencia y de voluntad), en donde existe una individualidad que hace diferente a cada ser humano. De la inteligencia y la voluntad se desprenden características esenciales del ser humano como la dignidad, la Igualdad y la Libertad.

Naturaleza de la persona humana

Ley natural

"En la profundidad de su conciencia descubre el ser humano una ley que no se da él a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz suena con claridad a los oídos del corazón cuando conviene, invitándole siempre con voz apagada a amar y obrar el bien y evitar el mal: haz esto, evita lo otro. El ser humano lleva en su corazón la ley escrita por Dios, a la que su propia dignidad le obliga a obedecer y según la cual será juzgado"

El principio supremo de la ley natural humana se expresa muy brevemente: "haz el bien y evita el mal". Cada hombre y mujer tiene dignidad, libertad e igualdad ante los demás seres de su misma especie ya que cada uno de ellos son seres racionales pero diferentes unos de otros; es decir, son seres individuales que están inclinados hacia el bien. Se necesita que éste viva en sociedad; esta característica, se encuentra inscrito en el orden de la ley divina que se refleja en la ley natural. Santo Tomás de Aquino explica claramente cuáles son las inclinaciones naturales del ser humano: "todas las cosas hacia las cuales el ser humano se inclina por su naturaleza, la razón las percibirá naturalmente buenas y, por consiguiente, como metas de acción, y las que le son contrarias, como malas y que se deben evitar. Por lo tanto, según la jerarquía de las inclinaciones naturales se estableceré la jerarquía de los preceptos como de la ley natural. En efecto:

l) Hay, en primer lugar, inscrita en el ser humano una inclinación al bien, según lo que éste tiene en común con todas las otras sustancias, en el sentido en que toda sustancia aspira a la conservación de su ser según su naturaleza. En virtud de esta inclinación, depende de la ley natural todo lo que interese para la conservación de la vida humana e impida lo que le es contrario.

2) Esté inscrita en el ser humano, en segundo lugar, una inclinación a ciertos bienes más específicos, según lo que tiene en común con los otros animales. En virtud de lo cual se dirá que le toca a la ley natural "lo que la naturaleza enseñó a todos los animales". Es decir, la unión de los sexos, la educación de los hijos y otras cosas similares.

3) En tercer lugar, hay inscrita en el ser humano una inclinación conforme a la naturaleza de la razón, la cual le es propia: así el ser humano tendrá una inclinación natural a conocer la verdad sobre Dios y a vivir en sociedad". En virtud de esto, le toca a la ley natural lo que se relaciona con una inclinación de este orden, por ejemplo: que el ser humano evite la ignorancia, que no ofenda a aquéllos que viven en la misma sociedad que él y las otras prescripciones que esto implica.

Como ya lo explica Santo Tomás, el ser humano está inclinado hacia el bien y a vivir en sociedad. Es parte de su naturaleza estar rodeado de otros seres de su misma especie para su propia autorrealización que la conseguirá por medio de la sociedad.

Naturaleza social del ser humano:

"El ser humano es naturalmente un animal político y social. Esto resulta evidente por el hecho de que un ser humano no se basta él solo para vivir (...). Pero el orden de la providencia no le quita a ninguna cosa lo que le es natural, sino más bien lo provee de todo de acuerdo con el orden de su naturaleza (...). Luego el orden de la providencia no ha querido que se suprima la vida social del ser humano".

a) El ser humano es un ser social por naturaleza.

Pero el ser humano, por ser racional e individual, no es autosuficiente; necesita de la ayuda y cuidado de los demás seres de su especie. No puede vivir aislado, tiene que vivir en sociedad para así poder satisfacer sus necesidades tanto físicas como espirituales: "debe saberse que, puesto que el ser humano es un animal social por naturaleza - como todo el que para subsistir necesita de muchas cosas que por sí mismo no puede procurarse -, es lógico que el ser humano sea naturalmente parte de una comunidad, que le proporcione lo que le ayude a vivir bien". "En efecto, el principal recurso del ser humano es, junto con la tierra, el ser humano mismo. Es su inteligencia la que descubre las potencialidades productivas de la tierra y de las múltiples modalidades con que se pueden satisfacer las necesidades humanas. Es su trabajo disciplinado, en solidaria colaboración, el que permite la creación de comunidades de trabajo cada vez más amplias y seguras para llevar a cabo la transformación del ambiente natural y la del mismo ambiente humano".

"Los seres humanos, las familias y los diversos grupos que constituyen la comunidad civil son conscientes de su propia insuficiencia para lograr una vida plenamente humana y perciben la necesidad de una comunidad más amplia, en la cual todos conjuguen a diario sus energías en orden a una mejor procuración del bien común. Por ello forman comunidades políticas.".

b) La búsqueda del bien. La felicidad.

El ser humano al ser un animal social y racional por naturaleza, busca con los demás  satisfacer sus necesidades. Pero no basta con que los seres humanos se agrupen en comunidades o sociedades para poder satisfacer sus necesidades, el ser humano no se queda tan sólo en la búsqueda del bien material; por ser racional tiene una inclinación hacia el bien espiritual que además busca su perfeccionamiento con la búsqueda de su desarrollo personal e integral para así poder llegar a su anhelo aquí en la tierra: la felicidad.

"hay en el ser humano una inclinación al bien correspondiente a su naturaleza racional, inclinación que es específicamente suya; y así el ser humano tiene tendencia natural a conocer las verdades divinas y a vivir en sociedad. Desde este punto de vista, pertenece a la ley natural todo lo que se refiere a esa inclinación, desterrar la ignorancia, evitar las ofensas con quienes se debe conversar".

c) El fin último del ser humano: Dios.

Más aún, la búsqueda del ser humano en sociedad no termina con satisfacer sus necesidades ni con la felicidad en la tierra; debe ir más allá de lo que este universo le puede dar, debe de buscar su perfeccionamiento y desarrollo con el creador:

"Como el ser humano virtuoso está destinado a otro fin, que consiste en la visión de Dios (...) es necesario que la sociedad tenga el mismo fin que el ser humano. No es el último fin del ser humano constituido en sociedad el vivir según la virtud; es alcanzar por medio de la virtud goces de la bienaventuranza eterna. Si a ese fin pudiera llegarse sin otro auxilio que el de las fuerzas naturales, a los reyes pertenecería dirigirlos a ese fin."

"El ser humano tiene un alma espiritual e inmortal; es una persona, dotada admirablemente por el Creador con dones de cuerpo y espíritu; es en realidad, como decían los antiguos, un <<pequeño mundo>> que supera extraordinariamente en valor a todo el inmenso mundo inanimado. Dios es el último fin exclusivo del ser humano en la vida presente y en la vida eterna".

Buscando el último fin, que es llegar a Dios, es como se desarrolla y autorrealiza el ser humano.

Propiedades de la persona

Dignidad

"Creando al ser humano <<varón y mujer>>, Dios da la dignidad personal de igual modo al hombre y a la mujer, enriqueciéndolos con los derechos inalienables y con las responsabilidades que son propias de la persona humana".

Pasando ya al estudio concreto de esos derechos inherentes a la persona humana, primero se encuentra la dignidad:

a) Definición.

Deriva del latín dignitas, del adjetivo dignus, cuya forma arcaica dec nos revela su origen del verbo decet: decente. Es la actitud de respeto a sí mismo y a los otros, por el reconocimiento que toda criatura humana posee características que la elevan por encima de los otros seres. El respeto a esa dignidad es la garantía suprema del orden social.

En pocas palabras es el respeto que se tiene en sí mismo y en los demás. Es una estima que se tiene la persona por tener inteligencia y voluntad y que además tiene esa misma estima o respeto para con los demás seres de su misma especie.

b) Naturaleza.

"La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del ser humano a la unión con Dios. [...] el ser humano tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. El ser humano logra esta dignidad humana cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes".

La naturaleza de la dignidad humana consiste en conseguir el fin último del ser humano; en buscar los medios más eficaces y adecuados para lograr el bien de la persona misma y el bien de las demás personas.

c) La dignidad en la vida social.

"El género humano debe establecer un orden político, económico y social que esté más al servicio del ser humano y permita a cada uno y a cada grupo afirmar y cultivar su propia dignidad La dignidad humana requiere, que el ser humano actúe según la conciencia y libre elección; los seres humanos, mucho más conscientes de su propia dignidad y deber, desean participar cada vez más activamente en la vida social y sobre todo en la económica y política. " .

Para poder desarrollar la dignidad de la persona humana, se necesita de un estado que esté al servicio del ser humano y permita a éste una libre elección, hecha a conciencia, en la participación de la vida política del estado. Que el ser humano, porque tiene dignidad, pueda escoger a sus gobernantes, pueda tener libertad en el trabajo, en la religión, en la participación económica social, en pocas palabras: que tenga libertad, con responsabilidad individual y social, en su vida.

"el ser humano recibe de Dios su dignidad esencial y con ella la capacidad de trascender todo ordenamiento de la sociedad hacia la verdad y el bien. Sin embargo, está condicionado por la estructura social en que vive, por la educación recibida y por el ambiente. Estos elementos pueden facilitar u obstaculizar su vivir según la verdad".

"no hay más Ley justa que la que detalla las exigencias que se desprenden de la igual dignidad de los seres humanos, y del fundamento de esta dignidad".

d) Medios para el desarrollo de la dignidad humana

"[...] no puede llegarse a este sentido de la responsabilidad [individual y social] si no se facilitan al ser humano condiciones de vida que le permitan tener conciencia de su propia dignidad. Las instituciones humanas, privadas o públicas, esfuércense por ponerse al servicio de la dignidad y del fin del ser humano. También en la vida económicosocial deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad".

El estado tiene el deber de facilitar al ser humano las condiciones de vida necesarias creando instituciones públicas y privadas que protejan la dignidad del ser humano y le permitan que pueda desarrollar todas sus potencias para que, a su vez, el estado se desarrolle también. Es decir, se debe de proteger al ser humano garantizándole el desarrollo pleno de sus facultades dándole los medios necesarios y suficientes en su vida; tales medios son la protección a los derechos humanos. Por lo tanto, un estado que quiera aspirar a la justicia y al bien común, debe de respetar y desarrollar, por medio de múltiples instituciones (escuelas, hospitales, centros culturales etc.), la dignidad humana otorgándole garantías para su crecimiento y respetando, a su vez, la libertad que tiene el ser humano para participar en la vida política y económica del país.

Libertad

"De hecho el ser humano se realiza a sí mismo en la libertad. Y a esta realización, cada vez más plena, debe tender, sin detenerse únicamente en exaltaciones verbales o retóricas, como ocurre demasiado a menudo, sin dar la vuelta al mismo sentido de la libertad y sin "cultivar de mala manera, como si todo fuera lícito a condición de que guste, incluido el mal" al contrario debe ver y alcanzar estrechamente, conceptualmente y de hecho, la libertad como consecuencia de la "dignidad" proveniente del hecho de ser él mismo signo altísimo de la imagen de Dios".

De la dignidad del ser humano se desprenden dos grandes derechos o bienes inherentes a la persona humana; tales son la libertad y la igualdad.

a) Definición.

Del latín libertas, de liber: libre. La libertad es la capacidad del ser racional y consciente de autodeterminarse, ante la multiplicidad de alternativas de opción que se le ofrecen, en cada situación concreta. En este sentido, es un dato inmediato de la conciencia y se identifica con el libre albedrío: todos experimentamos que podemos ser un principio absoluto de acción, actuando o dejando de actuar, actuando de esta o de aquella manera. Es una facultad exclusiva del ser racional, capaz de interiorizar el mundo bajo una gran variedad de aspectos.

La libertad es la parte de la voluntad (elemento constitutivo de las personas humanas) de poder elegir entre uno o más bienes. Es la elección del bien que perfecciona, eso es una verdadera libertad: con responsabilidad.

b) Naturaleza.

"Esta es la dignidad que exige que el ser humano actúe según opciones conscientes y libres, esto es, movido e inducido por convicciones personales y no por un ciego impulso interno o por mera coacción externa."

La libertad del ser humano proviene de la ley natural que es el reflejo de la ley divina. El ser humano es libre por naturaleza y libremente tiene la facultad de decidir la elección que más le convenga para su perfeccionamiento.

"La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el ser humano. Dios ha querido dejar al ser humano en manos de su propia decisión, para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena bienaventurada perfección. La orientación del ser humano hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuese pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala".

c) Libertad en la Vida Social.

Aplicada al plano social y político, libertad significa un estado de ausencia de coacción proveniente del grupo, principalmente del poder público. Es libre, en este sentido, el individuo, que puede hacer todo lo que no está prohibido por la ley. En esta acepción, al término se opone tanto a opresión como a libertinaje, porque éste impide a los demás el uso legítimo de esos mismos derechos. El único sentido auténtico de la libertad política dentro de un régimen democrático es el uso responsable de los derechos y el ejercicio consciente de los deberes. En este orden de ideas, importa tener presente la distinción entre libertad teórica y real. La primera es el mero permiso legal para actuar, la segunda exige la creación de estructuras sociales que den realmente a todos la posibilidad de obrar, en el sentido de hacer uso de los derechos del ser humano y del ciudadano. No corresponde al estado solamente el deber de otorgar a todos la libertad de enseñanza; debe, además de eso, crear un sistema escolar que pueda atender a todos los que desean ejercer este derecho.

d) Libertad y Justicia.

La libertad, junto con la justicia constituyen los objetivos más altos de la doctrina social de la iglesia: atender a las exigencias de la justicia mediante el uso responsable de la libertad,

Igualdad

"Pero ningún grupo humano se puede engreír de poseer sobre otros una superioridad de naturaleza, ni de ejercer ninguna discriminación que afecte a los derechos fundamentales de la persona"

La Igualdad es otra característica de la persona que proviene de la dignidad humana. Todos los hombres y mujeres del mundo son, por el simple hecho de ser personas iguales.

"En su dignidad personal de hijos de Dios el hombre y la mujer son absolutamente iguales, como también con respecto al fin último de la vida humana, que es la unión eterna con Dios en la felicidad del cielo. Es gloria imperecedera de la Iglesia el haber restituido a su lugar y a su debido honor esta verdad y el haber librado a la mujer de una degradante servidumbre contraria a la naturaleza. Pero el hombre y la mujer no pueden mantener y perfeccionar esta su igual dignidad si no es respetando y poniendo en práctica las cualidades particulares que la naturaleza a concedido al uno y a la otra, cualidades físicas y espirituales indestructibles, cuyo orden no es posible desbaratar, sin que la misma naturaleza venga siempre a restablecerlo de nuevo".

a.      Definición.

Del latín aequalitas, del radical aequus: igual, que, como sustantivo, denota, en la forma aequor, aequoris, el mar, la llanura. Es una de las más profundas y auténticas aspiraciones democráticas, pero como tantas otras es también una de las más explotadas por una demagogia irresponsable. El fundamento filosófico de la igualdad democrática es la identidad esencial de todos los seres humanos, todos ellos tienen la misma dignidad esencial, como seres racionales y libres.

"La igualdad fundamental entre todos los seres humanos exige un reconocimiento cada vez mayor. Porque todos los seres humanos, dotados de alma racional creados a imagen de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo origen. Y porque redimidos por Cristo, disfrutan de la misma vocación de idéntico destino".

b.      Naturaleza.

Al igual que la libertad y la dignidad, la Igualdad proviene de la ley natural. No importa la cultura, raza, país de origen, religión ni ninguna otra característica cualitativa que tenga el ser humano. Todos los seres humanos son iguales ante la ley por el simple hecho de ser personas y el estado tiene la obligación de proteger y hacer valer esto. "[...] aunque existen diversidades justas entre los seres humanos, sin embargo, la igual dignidad de la persona exige que se llegue a una situación social más humana y más justa"

c)         Igualdad e Identidad.

Es evidente que no todos los seres humanos son iguales en lo que toca a la capacidad física y a las cualidades intelectuales y morales. Pero todos por ser personas tenemos los mismos derechos y por lo tanto valemos lo mismo.

"Igualdad no significa en absoluto identidad: significa que todos somos diferentes, pero que todos tenemos derecho al mismo respeto".

Cabe destacar, que el estado, respetando esa individualidad de cada quien, concede más derechos a unos que a otros; más obligaciones a unos que a otros, pero todo en razón de una proporcionalidad existente en todos los miembros de la sociedad. Es decir, un anciano tendrá más derechos que un joven, la mujer tendrá algunos derechos distintos que el hombre, el rico tiene la obligación de pagar más impuestos que el pobre etc. Pero esta distinta proporcionalidad, no le quita la propiedad de igualdad que tienen los seres humanos.

d)         Conclusión.

De lo anterior se puede concluir que todas las personas somos, ontológicamente, iguales (todos estamos constituidos por un cuerpo y un alma) pero debido a las distintas habilidades o capacidades de cada persona cada quien aportará y recibirá del estado, de manera justa, lo que su condición personal le permita o necesite.

Necesidades de la persona

Este tema va directamente relacionado con el bien común; las necesidades del ser humano se dividen en necesidades materiales (casa, alimento, vivienda, educación etc.) y espirituales o inmateriales, ambas son objeto de estudio del bien común, por lo tanto, sólo señalo a la justicia que es una virtud relacionada con la libertad y a la felicidad que es una consecuencia de satisfacer esas necesidades y es un fin propio del ser humano.

1.      Justicia

"Por todas partes se aspira a una justicia, se desea una paz mejor asegurada en un ambiente de respeto mutuo entre los seres humanos y entre los pueblos".

La libertad y la justicia van de la mano; se complementa una con la otra. Si la justicia es la virtud de darle a cada quien lo que le corresponde por derecho; entonces, es necesario que se ejercite la libertad con justicia. Es decir, el ser humano al elegir entre varios bienes, tiene que tenerlos disponibles. El estado tiene que otorgarle a cada persona lo que por derecho le corresponde a cada una de ellas.

a) Definición.

Del latín justicia. Es el deber moral de dar a cada uno lo que le es debido. Es la base insustituible de toda relación no sólo de las personas, entre sí, sino también entre las personas y el estado, y de los estados entre sí. "En su más amplia acepción, la voz latina iustitia es un término abstracto que significa una igualdad o adecuación objetivamente exigible. […] Por el contrario, la palabra injusticia va asociada a la idea de una cierta desigualdad o falta de adecuación. […] De una manera vulgar, pero esencialmente correcta, suele definirse la justicia como la virtud de darle a cada uno lo que le pertenece. Esta definición es una abreviatura de la fórmula perpetua et constants voluntas ius suum unicuique tribuendi (Ulpiano).".

La doctrina social de la Iglesia explica que no basta sólo con que las personas den a cada quien lo que le corresponde sino también al estados y a los estados entre sí. El estado es el primero en impartir la justicia a todos sus miembros ya que son personas y éstas, a su vez, tienen que practicar esta virtud. Fernando Bastos agrega:

"Sin justicia, la vida social se convierte en una inmensa hipocresía y un latrocinio organizado. Una de las mayores responsabilidades de la educación es la de inculcar, mediante la palabra y el ejemplo, el sentido de la justicia, que se traduce en una conciencia clara de los propios derechos y deberes, y en el respeto a los derechos de los otros"

b) Clasificación.

La justicia tiene varias categorías, según los sujetos de las relaciones que la especifican:

l) la justicia legal: que tiene como sujeto a todos los ciudadanos con relación al estado, y los obliga a prestar a la comunidad todo lo que le es debido para realizar el bien común. Se llama legal, porque sus exigencias son normalmente fijadas en leyes. Es en virtud de ella como tenemos el deber moral, por ejemplo, de pagar los impuestos. Debido a ella, todo acto u omisión contra el bien común no es sólo una falta de civismo, sino que es también una culpa moral;

2) la justicia distributiva: es incumbencia de todos los que están investidos de una autoridad, y los obliga a distribuir las cargas y las ventajas de la vida social. La falta moral contra esta justicia es el favoritismo que se guía por preferencias personales e interesadas;

3) la justicia conmutativa: que reglamenta las relaciones de las personas entre sí, obliga a cada uno a dar a los otros lo que es debido, ya sea un bien material, como el salario justo, ya sea un bien inmaterial, como la fama y la reputación. La falta contra esta justicia constituye un robo, y, por esto, implica el deber moral de la restitución.

4) la justicia social: Además de esas tres categorías, existe una cuarta que incumbe a las comunidades solidariamente consideradas: es la justicia social. Por ella, somos todos responsables, cada uno en el ámbito de sus posibilidades, de la realización de estructuras sociales que permitan a todos los miembros de una comunidad alcanzar niveles de vida compatibles con su dignidad.

c) Injusticia.

"Para satisfacer las exigencias de la justicia y de la equidad, hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que, dentro del respeto a los derechos de las personas y a las características de cada pueblo, desaparezcan lo más rápidamente posible las enormes diferencias económicas que existen hoy y que frecuentemente aumentan, vinculadas a discriminaciones individuales y sociales. La justicia y la equidad exigen también que la movilidad, la cual es necesaria en una economía progresiva, se ordene de manera que se eviten la inseguridad y la estrechez de vida del individuo y de su familia“.

Resulta escandaloso el hecho de las excesivas desigualdades económicas y sociales que se dan entre los miembros o los pueblos de una misma familia humana. Son contrarios a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional. El ser humano no puede tener una verdadera libertad si el estado no le proporciona con justicia lo que realmente merece. El estado y las personas serán más buenas en cuanto más justas sean y, en cambio, serán más injustas en cuanta más injusticias hagan.

"[…] Concluye que, como el peor de los seres humanos es aquél que usa la maldad no sólo hacia sí mismo sino también hacia los amigos, así decimos que el mejor es aquel que usa o practica las virtudes no sólo hacia sí sino también en relación a los demás".

d) Justicia Social.

"A cada cual, por consiguiente, debe dársele lo suyo en la distribución de los bienes, siendo necesario que la partición de los bienes creados se revoque y se ajuste a las normas del bien común o de la justicia social, pues cualquier persona sensata ve con que gravísimo trastorno acarrea consigo esta enorme diferencia actual entre unos pocos cargados de fabulosas riquezas y la incontable multitud de los necesitados".

El estado debe, por lo tanto, buscar una equidad en la repartición de bienes y los seres humanos deben de buscar ser justos en su vida social. Y así progresará el país. "El cumplimiento, por tanto, de los deberes propios de la justicia social tendrá por efecto una intensa actividad que, nacida en el seno de la vida económica, madurará en la tranquilidad del orden y demostrará la entera salud del Estado, de la misma manera que la salud del cuerpo humano se reconoce externamente en la actividad inalterada y, al mismo tiempo, plena y fructuosa de todo organismo".

Felicidad

"La felicidad es un bien común al que todos los seres humanos pueden llegar, a menos que se van impedidos por un obstáculo".

Este término, en un principio, puede parecer algo "Romántico", que no es de gran trascendencia en la política; pero esto es totalmente falso. Este concepto es tan importante, que para algunos países ha sido considerado como un derecho inalienable del ser humano (Como la Constitución Norteamericana).

a) Definición.

Del latín felicitas, en un primer sentido, el término connota la idea de suerte favorable; en esta acepción, ella sería el resultado de factores puramente aleatorios. En un sentido más amplio, el término connota la idea de plena satisfacción, e implica, negativamente, la ausencia de sufrimientos físicos o morales, y, positivamente, una sensación de alegría, de paz y de plenitud interior. La felicidad en su sentido más preciso: ausencia de todo mal; fruición de todo bien de que es capaz la naturaleza humana y certeza absoluta de la permanencia definitiva del estado. "Es esta plenitud de felicidad lo que todo ser humano desea oscuramente a través de sus esfuerzos y trabajos. Ella es el polo oculto que magnetiza el dinamismo humano".

La palabra felicidad tiene varias acepciones, se puede ver como un estado de la persona en donde ha satisfecho todas sus necesidades y no tiene ningún mal que le aqueje o como un simple placer. La verdadera felicidad radica en alcanzar el bien que, en el caso del estado, es el Bien común.

b) En donde se encuentra la verdadera felicidad.

La felicidad es aquello que todos buscan, aunque adopten caminos diferentes para alcanzarla. Unos imaginan que la encuentran en las riquezas, porque suponen que con el dinero todo se compra y que la felicidad es una mercancía como cualquier otra. La verdad es que, sin embargo, hay muchos ricos que se mueren de tedio, y que las más altas tasas de suicidios se registran en los países y en las categorías más ricas. Otros se imaginan que encuentran la felicidad en el disfrute de los placeres; desde los placeres más altos del espíritu, el placer del descubrimiento y de la creación intelectual, el placer estético, hasta los placeres que más de cerca limitan con la animalidad: la sexualidad y la glotonería. Otros, en fin, esperan alcanzarla en la fruición de la honra, del prestigio que acompaña, por lo general, en el ejercicio del poder. Si la felicidad no se encuentra en la riqueza, ni en el placer, ni en el poder, ni en la honra, ¿En donde se encuentra?; no es posible que el único ser del cosmos, en el cual fulgura la idea de una plenitud de felicidad, sea irremediablemente condenado a jamás alcanzarla. La verdadera felicidad está en ser mejor persona, en buscar en la muerte el inicio de la verdadera vida, en la infinidad con Dios. Pero, aquí en la tierra, la felicidad se encontrará con la entrega del ser humano con los demás, en servir y practicar las virtudes buscando el perfeccionamiento individual y social. Es, por consiguiente, necesario que el estado ayude a la persona a encontrar la felicidad dándole los medios necesarios (como educación, cultura, descanso etc.) para que pueda alcanzarla.

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