lunes, 11 de julio de 2011

Modulo II: Vision Biblica de la Creacion en el NT.

Visión Bíblica de la creación

a)      Nuevo Testamento

1.      La creación en los Sinópticos
La Nueva Creación se entiende a la luz de la vida de Jesús, expresamente en el Nuevo Testamento que manifiesta la revelación, la salvación y a Cristo como mediador con respecto a la recapitulación, pues en el todo encuentra sentido.

Cristo da por supuesta la revelación anterior. Por eso, en los sinópticos encontramos los siguientes elementos:

§  Se revela el Señorío del Padre sobre el mundo,
§  Se afirma con fuerza su trascendencia pero a la vez su presencia en Jesús y en su pasión,
§  El signo distintivo que es su acción a favor de las personas,
§  La acción continúa por parte de Dios. Aquí el Padre viene descrito como amor a las personas (Mt. 6, 25-31),
§  La llamada a la persona, es la preocupación por el mismo ser humano. Hoy parece haberse matizado la acumulación de bienes en nuestro esquema de tinte neoliberal, es querer asegurar el futuro al margen de Dios Padre,
§  La intención del evangelista es hacer descubrir a la persona la acción providente de Dios.  En esta perspectiva es una invitación a la libertad,
§  Si Dios es Padre común de las personas, que están llamados a ser hermanos. Es él quien comunica la vida (Mt. 5, 45) sin distinción de personas,

En los Evangelios Sinópticos se nos presenta claramente el señorío de Dios (Mt. 11, 25-27), dado que el mundo es obra de Dios, por lo cual es bueno en principio (Mc. 7, 14-20). En Jesús encontramos el sábado como un espacio de encuentro con Dios, como reencuentro de su significado (Lc. 13, 6).


      2. La creación en San Pablo
                 2.1 Las afirmaciones de San Pablo
      San Pablo tiene intima relación con el AT, al afirmar la creación de la nada (Rom 4,17) y por la palabra (2Cor 4,6; cf. Gn. 1). En el texto de 2Cor 4 desarrolla una teología de Gen 1, en el sentido de la luz; Dios es el que produce la luz en las tinieblas (tema que retoma el prologo de Juan), luz que irradia en la Luz de Cristo. Es Dios, quien ilumina el corazón del creyente; la creación es así algo constante. Donde Dios esta,  esta siempre la luz.

1.2   El Creador actúa en el mundo. Creación y Redención.
Dios mantiene las cosas en el ser (Rom. 11, 35). Pablo toma elementos del pensamiento contemporáneo; precisa la relación: en Dios está todo, no en la naturaleza, como pensaba el panteísmo.

Para Pablo la acción creadora es el obrar salvífico de Dios (1Tim 6, 13) La creación es una obra que alcanza su meta en la obra salvadora.

1.3   El conocimiento del Creador a través de la creación
Rom. 1, 18ss afirma que lo que de Dios podemos conocer ha sido manifestado. La creación lleva en sí misma la huella del Creador, es un llamado a conocer por medio de la razón a Dios creador, que siempre permanecerá como misterio, pero algo ha dejado conocer por sus obras. Este conocimiento solo es posible por gratuidad. Detrás de este texto encontramos el de Sab. 13, 1-9.

La creación está en una situación de desorden (Rom 8, 20-23) por el pecado de la persona. La creación entera gime y sufre dolores de parto. Aun cuando afirmamos la creación, no se deja de reconocer el desorden.

1.4   El mundo ha sido creado en Cristo y por Cristo
1Cor. 8, 6 nos hace descubrir que en el ambiente en que escribe Pablo, es un ambiente donde se concibe la idea de que el mundo está regido por muchas fuerzas. De allí la afirmación de Pablo sobre Cristo, por quien son todas las cosas, y por el cual somos nosotros. No solo es un enunciado científico, sino la razón misma de la vida de la persona. Se afirma así el señorío de Cristo, junto a su divinidad.

1.5   Pablo aplica a Cristo el AT (Prov. 8, 22-26)
Hace una distinción entre la fe bíblica sobre la creación y la mitología pagana. Da un paso adelante en torno a la fe judía, interviniendo la acción con Cristo.

Col. 1, 15-20 dice: “El es Imagen de Dios invisible. Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles…. Todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia….” El término primogénito designa a Cristo por encima de cualquier otra cosa, allí radica su dignidad. El v.16 al afirmar que por él fueron creadas todas las cosas designa la cohesión de la verdad de Cristo. El v.18 habla de la mediación en la redención, mostrando a Jesús como Cabeza y cuerpo de la Iglesia. El v.18 pone a la comprensión de la capitalidad de Jesús. El v.18 pone a Jesús como el principio de la creación y de la salvación (cf. Rom. 8, 29) El v.19 habla de la plenitud que representa Jesús.

2.      La creación en San Juan          

3.1 El Prologo

Presenta una nueva semana creadora de Dios. Es una relectura de Gn. 1 a partir del acontecimiento de Cristo: “En el principio” (Jn. 1,1 = Gn. 1,1) Se consigna a la creación por la Palabra (Jn. 1,3), pues todo se hizo por ella, y sin ella nada existe.

El prologo nos presenta a un ser preexistente de la creación. En ningún otro lado viene afirmada esta preexistencia de Jesús, mediador de la Creación, y que ha sido enviado para revelar, para dar vida.

En el prologo se presenta un movimiento descendente cuando se hace la observación que el Verbo baja al mundo (v.1-2) y a la vez, un movimiento ascendente cuando vuelve junto al Padre, después de haber recreado las cosas (v.18). En el v.13 se indica la acción del Verbo y en el v.17 la obra de la recreación. En el v.3 se indica la acción del Verbo y en el v.17 la obra de le recreación. La gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo, vida de Dios que se comunica. El v.4 muestra como todas las cosas proceden de Él, y en especial la vida de las personas; el mismo Jesús se autodesigna como el camino, la verdad y la vida.

2.2   Relato de la Resurrección                                      
Aquí se presenta nuevamente un nuevo huerto y un nuevo jardinero. En Jesus se consuma la obra de la recreación.

3.      Reflexiones complementarias. Naturaleza y creación

4.1 Planteamiento del problema

Mostrar que hoy está creando Dios en América latina, es uno de los problemas de la teología latinoamericana, pues acontece la creación, pero al mismo tiempo la descreacion. La fe en la creación es así, punto de llegada, la victoria que vence al mundo.

Si Dios resulta superfluo porque la naturaleza es el principio del acontecer natural, la naturaleza, perdida la referencia a Dios, se instala como principio absoluto, como fundamento infundado. Esta aceptación seria la que se desprende de un modo inmediato de haber retirado a Dios de la circulación. Esto causa angustia a las personas y resulta insatisfactoria en el tribunal de la razón. Así, el Dios expulsado como superfluo retorna como naturaleza definitiva, o desembocada en el ateísmo convertido en idolatría.

La pérdida del punto de vista autorizo el asalto y la depredación de la naturaleza.

Nuestro punto de partida son las personas que han llegado a estar en la tierra como hijas de Dios, sintiéndose en ella, acogidas por ella, y a la vez, hermanas de cada una de las criaturas y responsables de la creación.

3.2   Terreno, el de la tierra
El punto de partida es el hecho indiscutible de la fraternidad de las personas y de la especia humana. La humanidad está compuesta de tierra, brota de ella y de ella depende absolutamente. Loa lazos con la tierra no son únicamente de necesidad, sino también de complacencia. Somos terrenos porque así como salimos de la tierra, así retornaremos hasta disolvernos en ella. Así, la persona se experimenta no como arrojado a ella, sino más bien como hijo de ella.

La persona es ciertamente de la tierra, pero la tierra no es suya. La naturaleza esta mas allá del bien y del mal, es propiamente ahumana…. La sospecha de esta indiferencia de la tierra crea una situación insoportable: no es posible sufrir el choque entre la pertenencia absoluta a la tierra y su impersonalidad; no es posible resignarse a que la tierra sea nadie, a que sea solo eso, aunque sea todo, pero no alguien. La sospecha de la insensibilidad de la naturaleza ante el i9ndividuo abre una distancia entre la persona y la naturaleza que llevan a la persona a saturarla con deidades.

3.3   La tierra como deidad
Sacralización de la naturaleza por su poder, representada como señora, personificada en deidades. Así la persona terrena, se concibe como un ser animado (Gn. 2,7;cf. 1Cor15,45)…. Por lo que hay que ponerse en sus manos para encontrar la seguridad.

Se espera protección. La ofrenda no solo expresa el reconocimiento del señorío de la deidad, sino la colaboración con ella, para que ella colaborara con sus naturales, así se vuelve amorosa y se basa en el sacrificio.

El poder de la naturaleza es el fundamento de la religión como sacrum comercium. Comercio basado en la no equivalencia, pues el fiel cree que recibe mas de lo que ofrece, siendo el objeto de la religión de la tierra la conservación en la vida, buscando en lo concreto el privilegio y en el fondo, la resignación.

3.4   Posibilidades de la existencia terrena
Sacralizando o no a la tierra, hay que entregarse a la vida: participar de su vitalidad (Sab. 2,1.6-9: Is. 22,13) lo cual implica el uso de fuerzas (San. 2, 10-11). Sin embargo, también se puede vivir como ser natural responsablemente, partiendo del despojo radical del yo que se cree el centro del mundo y se entrega rastreramente al dinero y a lo que con él pueda comprarse, para poder acceder al misterio de la naturaleza: a su armonía.

La persona natural solo se constituye cuando recupera su puesto en el cosmos: mediante el ejercicio del respeto, custodiar y cantar la armonía total.

·       Algunos términos útiles.

Basar. Se puede traducir como carne, es la expresión externa de la vida del hombre, expresa la totalidad del hombre entero (Sal.56,5-12); es aplicado también a los animales, por lo que hablamos de cierta comunión de vida. Significa también el parentesco, de ser carne a otra carne. Se utiliza en el Antiguo Testamento para hablar de la solidaridad, de comunión. Sugiere también el aspecto de debilidad del hombre (debilidad física y moral) y la fragilidad de la condición humana. Carne en el Antiguo Testamento no es fuente de mal, sino simplemente manifiesta al hombre como un ser limitado ontológicamente, manifestado en sus características biológicas.
Nefes. Designa originalmente garganta, y por analogía aliento (2Sam.16,14; Re.17,21s). Es presentado como el principio vital de los hombres y de los animales, es un principio inmanente al hombre. Designa la personalidad del sujeto. No es propiamente la psiqué platónica. En muchas ocasiones está relacionada con funciones orgánicas (Is.9,8; Num.11,6; Is.55,12). Tanto nefes como basar designan al hombre entero, de allí que se diga que la antropología veterotestamentaria es una antropología integral (integracionista).

Ruah. Designa su apertura al trascendente. En su sentido original expresa brisa, viento, pero en la mayoría de los casos designa al Espíritu de Yahvé, que se comunica a los hombres. Es un don divino. Expresa este llamado que todo hombre tiene a abrirse al carisma divino.

Notas trabajadas del libro: Teología de la Creación de Juan Luis Ruíz de la Peña, Ediciones Sal Terrae

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